Intro
Am E B7 E
e—12-12-12p10-8--10-10/12-10—8h10p8-7--4-5-6-7-5--2-4-5-4-2-0-----
B—----------------------------------------------------------------
B7
e—--4-5-6-7--7-9-10-11---
B—-----------------------
E
Lo nuestro duró,
Edis F#m
lo que duran dos peces de hielo, en un whisky on the rocks,
B7
en vez de fingir,
F#m B7 E
o estrecharme una copa de celos, le dio por reír.
E
De pronto me vi,
E7 A
como un perro de nadie ladrando, a las puertas del cielo.
Am E
Me dejó un neceser con agravios,
C#7 F#m B7 E Riff 1
la miel en los labios y escarcha en el pelo.
Tenían razón,
mis amantes en eso de que antes, el malo era yo,
con una excepción:
esta vez, yo quería quererla querer, y ella no.
Así que se fue,
me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas.
Desde el taxi, y haciendo un exceso,
me tiró dos besos, uno por mejilla.
Riff 1
CORO 1 B7
A G--1-2-3-4----------
Y regresé D----------1-2-3-4--
a la maldición del cajón sin su ropa,
a la perdición de los bares de copas,
a las cenicientas, de saldo y esquina,
y por esas ventas del fino Laina,
pagando las cuentas de gente sin alma,
E
que pierde la calma con la cocaína,
B7 F#m B7
volviéndome loco, derrochando la bolsa y la vida
E E7
la fui poco a poco, dando por perdida.
CORO 2
Y eso que yo,
paro no agobiar con flores a María,
para no asediarla con mi antología
de sábanas frías y alcobas vacías,
para no comprarla con bisutería,
ni ser el fantoche que va en romería,
con la cofradía del Santo Reproche,
tanto la quería, que tardé en aprender a olvidarla,
19 días, y 500 noches. Riff 1
Dijo: hola y adiós,
y el portazo sonó como un signo de interrogación,
sospecho que así,
se vengaba a través del olvido, cupido de mí.
No, no pido perdón,
¿para qué? si me va a perdonar, porque ya no le importa,
siempre tuvo la frente muy alta,
la lengua muy larga, y la falda muy corta.
CORO 3
Me abandonó,
como se abandonan los zapatos viejos,
destrozó el cristal de mis gafas de lejos,
sacó del espejo su vivo retrato,
y fui tan torero por los callejones del juego y el vino,
que ayer el portero me echó del casino de Torrelodones,
qué pena tan grande, negaría el Santo Sacramento,
en el mismo momento, que ella me lo mande.
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